domingo, 2 de enero de 2011

Becquer.


Podrá nublarse el Sol eternamente,
podrá secarse en un instante el mar,
podrá romperse el eje de la Tierra
como un débil cristal.
¡TODO SUCEDERÁ!
Podrá la muerte subirme son su fúnebre crespón,
pero jamás en mi podrá apagarse
la llama de tu amor.

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